Duérmete o te Reviento

Mi día tiene 45 horas. Una cifra caprichosa y molesta. Nunca paro. Y soy como una balanza: en cada mano llevo algo, como haciendo equilibrio. Generalmente se trata de un celular en una mano y un pañal en la otra.
Mi vida es un caos y yo una energúmena adicta al trabajo.

Tener que elegir a veces se dificulta y me doy cuenta que no todo tiempo pasado fue mejor.
Domingo por la mañana. Arranqué tempranito… culpa de Gael que, a las 8 am., decidió que ya era “suficiente tutumeme”. Anoche caí rendida después de un sangría (sí, a veces las madres tenemos una vida… una vidita propia que nunca dura más de dos horitas). Así que estoy resacosa y tengo un humorrrrrrr, espléndido.Estoy harta de que un chico de un año decida cuánto sueño es suficiente o a qué hora es conveniente arrancar. Mi cara de madre con sueño es lo menos. Con sueño soy una mujer vieja. Y eso sí que no lo puedo permitir. “¡Así no!”.
Cuando tengo sueño y mis hijos me despiertan aparecen en mí las más horribles reacciones que pueda tener un ser humano. “Duermete o te reviento” es una de las frases que más uso en esos casos. En general resulta, pero si no pasa nada, nunca me animo a matarlos de verdad. Habitualmente les pongo algún videíto o la tele, mientras yo me tiro como morsa en sus camitas.

El tema es que Gael se levanta varias veces a la noche para tomar la teta”, Piensa que soy como una Teta Delivery, asi que yo no duermo 8 horas, sino que me paso 8 horas en un semi alerta por si se despierta. Es que a las 5 de la mañana, toda zombi, no razono, lo paso a mi cama y le llegué a dar la teta estando yo boca abajo! ¡Un desastre!, no hay maquillaje que alcance para los ojos hinchados de no dormir, hay maquillaje antiage, maquillaje nutritivo para la piel, pero no hay ninguna línea de maquillaje para “madres que no duermen”.

Vivir con sueño es una pesadilla

Los chicos siempre ganan, cuando se trata de sueño. Saben que ahí pueden operar y están al mando absolutamente. Si hay algo que un bebé tiene claro desde el primer día es que:


a) Si llora gana.


b) Si estás agotada lo vas a dejar hacer lo que sea, especialmente en las horas en que no hay luz. ¡son unos psicópatas!.

Y lo peor de todo es que en el medio de la noche uno está como drogado de sueño. Al otro día el recuerdo es difuso. Ya no sabes bien si te despertaste 5 veces o si fueron 7. La naturaleza es lo suficientemente hábil como para lograr que no te acuerdes de nada. Especialmente hace que olvides cuánto odiaste anoche a tu propio vástago. Y si odias a tu hijo, ni te imaginas cuánto puedes odiar a tu pareja, mientras dejas tu restito de juventud caminando como una sonámbula toda la noche y él se tapa la cabeza con la almohada para seguir durmiendo, con cara de “estás haciendo mucho ruido”. De noche me he puteado duro con Willy. Medio dormidos nos hemos proferido insultos imposibles de reproducir. Con sueño soy una bruja que odia al mundo. Soy muy poco recomendable en esa situación. Pero al otro día, cuando te levantas, te miras con tu pareja y no estás muy segura de si eran ustedes esos que se gritaban esas cosas con los pelos parados. Estás como a mitad de camino entre que no te acuerdas bien y ya no te importa mucho. Es triste. Lo sé. Pero, como dicen “Lo que pasó anoche, no pasó”.¡ ALELUYA Y AMEN!

La vida nos atraviesa casi sin que nos demos cuenta. Tener hijos y una familia, lejos de ser un cuento de hadas, puede convertirse en una pesadilla. El dormitorio de tus hijos todo desordenado un campo de batalla y los platos sucios con ollas pegoteadas una condena difícil de pagar. Mi vida, por momentos es un APOCALIPSIS CON LOS 7 JINETES DURMIENDO EN MI CAMA Y JODIENDOME EN LA ALMOHADA. Pero eso también tiene su encanto (¿?). Amigos míos: ¡APOCALIPSIS YA!




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