Mis 3 amados criters

  Abigail

Con ella empezó todo hace ya mas de 10 años. Vino al mundo y cayó en mis inexpertas manos. La pobre tuvo que sufrir mis intentos torpes por convertirme en madre de golpe y de porrazo. 
Y entonces nació. Nada volvió a ser igual... 
Abigail llegó empuñando el hacha de guerra. Berreando como una condenada si se le alejaba de su amadísima teta. Durmiendo sólo en mi regazo. Esclavizándome día y noche sin piedad. Yo me preguntaba, cómo una cosita tan pequeña, podía tener tantas necesidades. ¿Pero un bebé no era eso que dormía, comía y cagaba? ¡Pues no! Son muy complicados. Y yo lo aprendí a fuerza de prueba error, sentimiento de culpabilidad a toneladas, consejos bienintencionados e indicaciones contradictorias y muchas situaciones  en las que me encontraba... desesperada.


   Cèsar Andrès 

Cinco años después  vino el segundo todo cambió. Entonces sí que fui plenamente consciente de mi embarazo y me cuidè mucho màs, para evitar que algo pudiera salir mal. Pero al final tuve un trabajo de parto difícil, con sufrimiento fetal y taquicardia de parte de èl, la pasé fatal con fiebre de 40 y solo con 5 de dilatación. ¡Cesárea! Gritaron los médicos…y nada mas de escuchar esa palabra, dilatè completito al medio minuto, no les di tiempo a nada el pequeñín llegó de golpe, casi 4 kilos de puros rollitos. Dormía seis horas seguidas y no decía ni pío en todo el día, un pancito de Dios, Siempre de buen diente, Ahora está hecho un torito, Criar al segundo hijo cambió mis perspectivas como madre. El sentimiento de culpabilidad se esfumó de repente, empecé a guiarme por mi instinto y por mis conocimientos y dejé de pensar que el resto del mundo sabía más que yo sobre la maternidad. Y ese cambio me ha hecho mucho más feliz. Me ha permitido disfrutar aún más de mis hijos.

Gael Eduardo

No conozco a nadie que no haya entrado en pánico al enterarse de que esperaba su tercer bebé. Yo tenía a Cèsar con un poco más de un añito, recién acababa de volver a mi talla, volvía a engancharme con mi trabajo de free lance, aun daba de lactar, ¡¡era una locura!! pero luego de unos días me empezó a encantar la idea. Gael en la panza fue un muy bueno, muy guerrero, trabaje igual, cero molestias, hasta me daba mis copitas de vino/sangría. Me venía muy bien.   Podría afirmar que el tercer hijo, el disfrute es TOTAL. Gael es mas amoroso conmigo, dormimos juntos y no me avergüenza decirlo, Gael no puede agarrar el sueño si antes no me abraza del cuello y siente mi cara en sus manitas y si se despierta a mitad de la noche ahí estoy cerquita para que sienta mi seguridad y vuelva al sueño rápido, le di una lactancia hasta los dos años y fue la lactancia que mas disfruté.


¡y surgió el blog¡. Porque la maternidad me arrolló sin piedad y mi deseo de desahogarme dieron lugar a este espacio tan personal y descubrí la asombrosa comunidad que se escondía detrás de la blogosfera maternal.



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